De esperas y trivias

Miren ustedes que si hay algo que siempre he disfrutado es la ociosa labor de resolver enigmas y acertijos, sí de esos que, antaño, venían contenidos en un algún librillo editado por Selector; o ya de perdis el chismógrafo de la primarias, y es que no es azaroso el hecho de que hoy en día disfrute tanto de la participación en certámenes triviescos. Y fíjense que no están para saberlo ni yo para contarlo, pero me carcomo las uñas en la espera vertiginosa del inicio masivo.

Llevo ya cuatro años en esta práctica. Sólo que este es el primero en que no tendré que distraer mi hipófisis en asuntos por demás sosos mientras aguardo que el reloj marque la medianoche. ¿Pero, de qué demonios estoy parlando? Bueno, pues me refiero a la Macrotrivia de Cinemex. Sí ya sé que esperaban algo señorial y cuchicuchesco pero es que miren ustedes...no es cualquier cosa eso de andar busque y busque en los anales del recuerdo datos y detalles sobre cultura general y cine, para que después te penalicen con 98 horas. ¡Duh!

Dicho acontecimiento comienza mañana justo al mediodía cuando el sol está vertical y los pajarillos trinan sin cesar. Y ¿saben? aunque me da pena decirles que en todo este tiempo que he sido partícipe de dicho concurso no me he ganado ni unos míseros boletos gratis para el cine, me resulta vigorosamente vergonzoso el hecho de ser una perenne y esperanzada concursante que año con año espera ganarse el auto último modelo correspondiente al primer lugar. ¿Por qué? Pus ya hace falta un carrito.

Por último, es mi deber conminarlos a contribuir con la causa antes expuesta, que no a registrarse a la Macrotrivia y convertirse en amigos y rivales de ésta su servidora. Así que esperen próximas dudas y recuerden que si logro ganar algo pues aunque sea el combo de palomitas y refresco seguro que les toca.