miércoles, junio 28, 2006

¿El esposo está aburrido de llegar y encontrarte despeinada y despintada?

Llena de hastío y colmada de tanta bazofia preelectoral, he decidido volverme una reaccionaria y preocuparme por asuntos más interesantes como los conocimientos que una mujer íntegra del siglo XXI debe tener y no que si el Fecal era zurdo (por cierto vaya desprestigio para nosotros los siniestros), que si los delicuentes se mean por la mano dura del gay de Madrazo y demás bagatelas.

Quiero tener entre los dedos un espagueti recién cocinado y observar el centro con detenimiento para verificar si está al dente. Agujas, hilos, sartenes y flores serían mis herramientas elementales. Deseo instruirme en el lenguaje culinario para poder leer libros de cocina. Entender que mechar un lomo, es introducir un ingrediente como el ajo; ligar la salsa, es espesarla; naparla, es cubrirla.

Muero por ser parte de ese grupo de mujeres de entre 18 y 35 años, algunas recién casadas y otras a punto de hacerlo, que asiste a los módulos culinarios de la escuela de Tota Topete.

¡Qué va! Daría mi vida por hacerme vieja tal y como lo hizo Tota: elegante educadora de unos 60 años, madre de cinco hijos, abuela de 11 nietos, conserva un matrimonio feliz de 40 años y es técnica en educación familiar, carrera que ya no existe.
Adios a mis sueños de convertirme en una influyente editora o de perdis en una grandiosa reportera, nanais. Definitivamente lo cambiaría todo por ser socia de FAME (Familia Mexicana), la escuela ubicada en una residencia en el sur de la Ciudad de México, desde donde Tota intenta reproducir su ejemplo.
Ser la pregonera de una máxima filosófica: "Para una mujer, la maternidad debe ser lo más importante porque fue lo primero que le dio Dios y teniendo hijos, es su manera de cooperar con El". Asimismo, asumir una postura combativa en contra de la nueva corriente de la mujer moderna que prefiere vivir sola, ser profesionista y sencillamente no tener chamacos.
Verán, siguiendo los preceptos de la moral en turno, dejaría de preocuparme por el elevado costo de mi diplomado en la Sogem y me entregaría en cuerpo y alma a los cursotes que la escuela totesca ofrece. Ahí aprendería las técnicas de "un matrimonio feliz", "de autoestima para dar felicidad al esposo" y muchas más exquisiteces propias de una dama honorable.
¡Nombre! Andaría por las calles grite y grite a viva voz, este axioma personal: "Dele al esposo", "Hágale la vida fácil, aunque ello implique sacrificios de su parte". Entonces, si alguna pérfida ambiciosa se atreviese a cuestionar mis deseos de ser una mujer "íntegra", yo atinaría a reponderle que mi vida cambió cuando terminé la carrera de F.F. en la escuela de Totis; que Ciencias de la Comunicación ni que las naranjas. Formación Familiar, ni más ni menos.
¡Diak!

jueves, junio 15, 2006

Clases de acordeón

Así es, de modo que si alguien sabe de algún lugar donde lo pueda aprender a tocar, pues avíseme.